La historia real de Mikael y su celular sumergido que resistió el hielo, el agua y el tiempo
Cuernavaca / Kiruna, 28 de mayo de 2025 — Una caída al hielo, cinco horas de rescate con ramas, y un smartphone que se rehúsa a morir. Suena a una leyenda urbana, pero ocurrió de verdad en el Círculo Polar Ártico. El protagonista es un Galaxy S23 Ultra, y el testigo directo: Mikael Krekula, guía de naturaleza en la remota región de Kiruna, Suecia.

Todo comenzó cuando Mikael realizaba pruebas con un sonar sobre el río Kalix, completamente congelado. En un descuido, su Galaxy S23 Ultra se le resbaló del guante y cayó por un agujero de pesca en el hielo. El celular descendió tres metros hasta el fondo del río helado. Y con él, toda su vida digital: fotos, contactos, rutas, datos y apps esenciales para su trabajo como guía en ambientes extremos.
“En ese momento sentí que había perdido todo. Mi teléfono es mi compañero en el Ártico”, relató Mikael.
Un rescate entre hielo, ramas y redes
Lo que siguió fue una odisea que solo puede entenderse en contextos donde el frío es rutina y la determinación es una herramienta más. Mikael perforó ocho agujeros más en el hielo, se valió de ramas, una pala y hasta una bolsa atada a un palo, intentando alcanzar el teléfono que podía ver atrapado bajo el hielo, pero fuera de su alcance.
Al final, volvió con una red de pesca atada a una rama. Cinco minutos bastaron para recuperar el Galaxy.
Y lo increíble: encendió sin problemas. Tres llamadas perdidas lo esperaban en la pantalla, y ni rastro de fallos. Mikael decidió dejarlo reposar en su cabaña durante la noche, pero al día siguiente el teléfono seguía funcionando perfectamente.
“Fue como si nada hubiera pasado. Y sigue funcionando igual que siempre”, aseguró.
Tecnología a prueba de naturaleza extrema
Mikael guía excursiones en zonas de clima extremo, muchas veces por debajo de cero, bajo auroras boreales, sin señal estable y sin margen de error. Por eso depende tanto de su teléfono: navegación, clima, traducción, fotografía nocturna. En su rutina, un dispositivo confiable no es lujo, es necesidad.
El Galaxy S23 Ultra cuenta con certificación IP68, lo que lo hace resistente al agua (hasta 1.5 metros por 30 minutos) y al polvo. Pero lo que vivió en el río Kalix supera esas condiciones de laboratorio. Lo que ocurrió con Mikael es una validación extrema de una promesa de marca: durabilidad real, no solo en papel.
Ahora, el guía nórdico sigue recorriendo glaciares, fiordos y rutas secretas con su S23 Ultra en la mochila… y una red de pesca como backup.
“Me enseñó que el teléfono aguanta mucho más de lo que uno cree”, concluyó entre risas.